¿En serio?… el primer post del año.
Y en blanco.
El cuarto borrador que hago este mes. Siento los polvorones pesando en mi cabeza.

Quería hablar de lo que molan las Navidades, del fin de año, de las luces, la magia, los niños, la familia, bla, bla, bla…
Yo qué sé…
Debe ser ese miedo al lienzo en blanco que llaman… entendiéndose, claro está, como la metáfora de un año entero por empezar.
365 días (ya alguno menos) enteritos para vivirlos como queramos, ¡Ay amigo!
¿Cómo quiera?
¡Cómo quieras!
De ahí esos propósitos del año nuevo porque por algo hay que empezar.
Y es que este 2018 entró con fuerza.
¡Un lunes!
¡Eh! Día 1, nuevo mes, comienzo de semana y por supuesto el… ¡Feliz Año Nuevo! (yo creo que alguien dio a resetear).
El caso, que yo quería ilustrar este post con fotos de familia, por todo ese rollo de las Navidades de todos juntos en la mesa, “vuelve a casa por Navidad”, la ilusión de la noche de Reyes… pero creo que al final, voy a poner esas fotos porque me gustaría llenar mi año de familias. Ser parte de esos pequeños momentos únicos, de esa complicidad y roles, de esos gestos, esas ganas de pasarlo bien.

Por eso, Gracias.
Gracias por ayudarme a encontrar mi propósito de año nuevo.
Porque los nuevos propósitos sientan bien.